Madrid, la capital de España, ha sido la sede de la mayoría de los acontecimientos más importantes de la Península desde épocas prerromanas.
El legado que los habitantes han ido dejando en la ciudad le confiere pequeños pueblos rurales mágicos que se extienden por ella y sus alrededores.
Ruralzoom, agencia de turismo rural en España especializado en casas rurales en Madrid, nos cuenta que hacer un viaje a estos destinos rurales cerca de Madrid es una de las mejores opciones que puedes tomar en cualquier mes del año: en verano, justo en la época con más periodos vacacionales, puedes disfrutar de actividades al aire libre y luego darte un baño refrescante en la piscina de tu alojamiento; En otoño, con la caída de las hojas de los árboles puedes disfrutar de un gran espectáculo visual, además tienes la oportunidad de hacer actividades que solo puedes hacer en esta época del año, como observar la fauna salvaje y buscar setas; En invierno, puedes pasar un rato de ocio paseando por las montañas nevadas o esquiando en algunas de las pistas que hay por la zona; Y finalmente, en primavera, al hielo que se derrite a causa del deshielo y el agua que fluye por los ríos, se une la vida animada del entorno rural, unos meses perfectos para disfrutar de excursiones con paisajes preciosos:
1. Sierra Norte de Madrid
En la zona norte de la capital se ubica la Sierra Norte con un total de 42 pueblos que se reparten por sus valles y montes.
Esta ubicación está compuesta de diferentes destinos donde puedes realizar cualquier tipo de actividad al aire libre, como montar en bici, dar paseos a caballo o hacer senderismo. También tienes la posibilidad de experimentar con los deportes de aventura en plena naturaleza.
Es un lugar para desconectar, hacer turismo rural, vivir experiencias inolvidables y disfrutar al máximo en plena Sierra de Madrid. Las casas rurales de la Sierra Norte de Madrid son acogedoras y confortables, los restaurantes ofrecen una gastronomía sabrosa elaborada con esmero, los pueblos son encantadores y conservan su espíritu rural, las rutas permiten estar en contacto con la naturaleza, las actividades son espectaculares y el entorno es precioso…
Además, los paisajes en esta localización son sorprendentes, especialmente los paisajes que confluyen en el río Lozoya, el río más conocido de la zona y por cuyo nombre se conocen las diferentes comarcas que componen la región.
2. Cercedilla, encanto rural en la sierra madrileña
Por otro lado, lejos del bullicio y los ruidos de la gran capital, en plena Sierra de Guadarrama, se encuentra el Municipio de Cercedilla.
Cercedilla tiene muchas rutas increíbles para realizar senderismo, ya sea andando, en bicicleta o incluso a caballo, como por ejemplo la calzada romana. Aquí se combina naturaleza e historia y se antoja casi irreal poder caminar por el mismo lugar por el que lo hicieron las legiones romanas hace más de XV siglos. Al final de este histórico paseo, en el valle de la Fuenfría, bajo la sombra de los pinos silvestres, nace el río Guadarrama, y es un lugar increíble donde pasar un día de campo y disfrutar de las mejores piscinas naturales de Madrid.
Los oficios en Cercedilla se transmiten desde hace siglos de padres a hijos. La población cuenta con artesanos de renombrado prestigio y oficios casi extintos, que tratan de mantenerse vivos mediante la asociación de artistas y artesanos del Municipio.
La feria gastronómica anual de Cercedilla es de especial interés cultural, además de excelentes platos típicos, las tradiciones más arraigadas como “la corta de troncos” o “la feria del caballo,” se dan cita en estas fechas.
Cercedilla es bella siempre, pero un momento ideal para enamorarte de este entorno es en invierno. La nieve cubre con su manto blanco un paisaje que parece haber quedado detenido en el tiempo.
La cota más alta del Municipio, Navacerrada, puede presumir de ser parada oficial delCamino de Santiago en Madrid y de su fantástica estación de esquí, donde los amantes del deporte de invierno, acuden por centenas en cuanto caen las primeras nieves.
3. El Pardo
El Pardo es uno de los Reales Sitios de España, a unos escasos 7 kilómetros de la capital. De hecho, desde 1950/51 ya pertenece al municipio de Madrid.
El Pardo se construyó a ambos lados del río Manzanares. Una ruta senderista muy sencilla es la que llega hasta el embalse del río, prácticamente plana y de pocos kilómetros. Más bien un paseo.
Además, se puede visitar el hermoso Palacio de El Pardo, que tanto por fuera como por dentro merece la pena. Data de 1407, construido por orden de Enrique III de Castilla (habiendo sufrido diversos cambios, como es lógico, a lo largo del tiempo.)
Hay abundancia de restaurantes y cafeterías por los alrededores para reponer fuerzas, conque visitar El Pardo es una opción fantástica para un domingo cualquiera.
4. San Lorenzo de El Escorial
A algo más de media hora de Madrid, se encuentra San Lorenzo de El Escorial, una atractiva población de la sierra. Aparentemente hay un solo motivo para acercarse a este lugar, y es que estos parajes serranos fueron del gusto de Felipe II quien decidió edificar en los mismos la más imponenteobra arquitectónica de la historia de España. Esta magna obra atrae turistas todo el año. Sin embargo, en El Escorial hay mucho más que hacer.
Cuando Carlos III autorizo a que creciera un pueblo a su lado, este se hizo con criterios académicos y el trazado central del mismo, mezcla calles rectilíneas con plaza acogedoras, e incluso un excelente teatro neoclásico. Hoy estas calles están salpicadas de numerosos restaurantes, donde las carnes y la caza suelen ser las protagonistas. Contundentes viandas para el invierno, y otras más ligeras para el verano, pues San Lorenzo de El Escorial es una villa de veraneo para muchos madrileños que tienen aquí una segunda residencia convirtiéndose así en un lugar muy animado en los periodos estivales. Con una rica vida cultural, y numerosas terrazas veraniegas para disfrutar de las noches escurialeneses, mucho más frescas que las de la cercana capital.
Los alrededores del pueblo cuentan además con inmensos espacios de bosque pertenecientes a Patrimonio Nacional. Se trata de La herrería un lugar idóneo para pasear y disfrutar del campo, y con algún palacio dieciochesco entre sus prados.
5. Segovia
Segovia es otra de las provincias donde puedes hacer turismo rural cerca de Madrid. Por toda su geografía encontrarás pueblos con historia y encanto, como Salpúveda, Riaza, Pedraza o La Granja de San Idefonso. Todas estas localidades son visitas obligadas para conocer en profundidad la historia y la cultura de la región.
Si te gusta la naturaleza, Segovia es una de las mejores provincias para disfrutar de una escapada en una casa rural cerca de Madrid. En esta zona podrás visitar el Parque Natural de Hoces de Duratón, donde tendrás la oportunidad de observar una de las colonias de buitres leonados más grandes de Europa y hacer rutas en kayak. La Sierra de Guadarrama es el otro Parque Nacional importante de Segovia, con montañas altas y bosques en los que recorrer caminos llenos de fauna y flora impresionante.
6. Ávila
La provincia de Ávila es otro de los mejores destinos para disfrutar de unos días de turismo rural gracias a su gran variedad de actividades y riqueza cultural. En Ávila puedes visitar un patrimonio cultural que se extiende por todos sus pueblos tranquilos y encantadores, en los que puedes hacer alguna escapada reservando una casa rural con tu familia, pareja o amigos. Si haces tu visita a Madrid, también puedes visitarla en una escapada de un día.
En lo que se refiere a cultura, Ávila tiene un gran patrimonio natural, especialmente a destacar es el Parque Regional de Gredos donde existen una amplia variedad de paisajes, flora, y fauna que no podrás ver en otros entornos naturales. En este destino puedes hacer rutas y excursiones de todo tipo, sobre todo en la zona del «Circo de Gredos» un antiguo glaciar donde se ubica la montaña más alta de esta geografía, el Pico de Almazor con 2.592 metros de altitud.
7. La Hiruela
La Hiruela, un pequeño pueblo de la popularmente conocida Sierra de Madrid, es el sitio perfecto para ir a pasar un fin de semana rural, o un domingo tranquilo comiendo comida de la de verdad, de la que se come en los pueblos. La Hiruela se recorre en un rato, apenas son dos calles principales y cuatro o cinco callejuelas, pero es uno de estos lugares que ha sabido mantener el encanto de los pueblos antiguos, integrando las nuevas construcciones a la estética tradicional de piedra oscura y pizarra típicas de la zona.
Es un lugar ideal para desconectar del estrés de la semana, bien pasando el día o disfrutando de un fin de semana completo a poco más de una hora de distancia de la capital, dirección norte, en mitad de una comarca injustamente poco conocida en la que encontraremos bonitos paisajes y deliciosa gastronomía, además de aire puro y tranquilidad en cada rincón. Puedes pasar el día conociendo su iglesia, su museo etnográfico o su molino, caminando por alguna de las rutas de senderismo que parten desde el pueblo, o tomando unas tapas en sus bares y restaurantes, para acabar cerca del calor de una chimenea al anochecer en una acogedora casa rural.