Obtener una educación de calidad es, por desgracia, cada día más difícil en España. La Universidad española no pasa por su mejor momento y, desde luego, no transmite todos los conocimientos que debería a los alumnos. Esto se traduce, a posteriori, en una dificultad enorme para que después los licenciados encuentren un trabajo de calidad, otra de las características que está perdiendo nuestro país y que está propiciando una precariedad laboral que no conoce precedentes.
Y es que la Universidad debería ser un espacio de aprendizaje y debate permanente. Pero los alumnos coinciden al señalar que no es así. Que ya están hartos. Que no aprenden absolutamente nada. Que año a año les suben las tasas de las matrículas. El hartazgo es general y hay quien después de cursar Bachillerato se decanta por estudiar un módulo de FP antes que una carrera.
A continuación describiré mi caso personal. Mi sueño desde la ESO era estudiar Turismo. Era un mundo que me ilusionaba a la par que encantaba, y desde luego tenía muchas ganas de introducirme en él. Por eso, tras la PAEG, me matriculé en Turismo en una universidad de Madrid. Sentía que nada me iba a frenar, que nadie tenia más ganas que yo de comerse el mundo y que iba a recibir los consejos de los mejores profesores en la materia.
Era un iluso. En Madrid no me topé con ningún profesor que mereciera la pena. Parecía que les daba todo igual, no iban a clase la mayoría de las veces y a menudo no corregían los trabajos. Y cuando lo hacían, no especificaban el por qué de las correcciones. Aquello era un despropósito absoluto y al final de curso sentí la necesidad de empezar a buscar otro lugar de aprendizaje que me permitiera estudiar Turismo de verdad y obtener el título al mismo tiempo.
Así lo hice. Cuando se acabaron los exámenes, en el mes de mayo, empecé a buscar nuevos lugares de manera incesante y di con Formatic Barcelona, una entidad a través de la cual podría adquirir los conocimientos necesarios para convertirme en un buen profesional de la industria turística y no en otra víctima más de un sistema que crea personajes con un papel en el que se dice que saben algo que en realidad desconocen.
Llamé al teléfono que sale en la página web para obtener información acerca del modo de enseñanza en aquel centro. Había una oferta interesante de grados y dobles grados entre los que se encontraba el de Turismo, por lo que no solo no descartaba el cambio sino que además éste ganaba enteros.
Un paso adelante
Efectivamente, terminé por firmar el cambio de universidad. Esperaba encontrar lo que buscaba en Formatic Barcelona y yo creía firmemente que lo conseguiría. Quería olvidarme de la experiencia anterior en Madrid y solo podría hacerlo si en mi nueva etapa me hacía con esos conocimientos y ese trabajo de los que no podría presumir en la capital.
Y no me equivoqué. Desde el primer momento noté que la calidad de la enseñanza era completamente diferente. Me encontré con profesores implicados, que estaban a nuestra entera disposición todos los días y que no eludían sus responsabilidades académicas con nosotros. Eso se agradecía después de mis experiencias anteriores, y eso me motivó todavía más para trabajar y conseguir mis propósitos.
Hacerme con el título fue cosa de tiempo. Volví a disfrutar de lo que realmente me apasionaba, una carrera de Turismo en la que depositaba mi futuro. En la actualidad, he conseguido un trabajo relacionado con dicha carrera y con el que he sido capaz de independizarme. Desde luego, mi vida pegó un giro radical cuando decidí dejar de estudiar en mi Universidad anterior y depositar mi confianza en Formatic Barcelona, a la que le debo buena parte de mis logros.