Un viaje es algo excitante. Paso ya de los cuarenta, pero siguen haciéndome sentir como un niño, especialmente la fase previa, ya sabéis, elegir el destino o planear el viaje. En esta ocasión queríamos optar mi amiga y yo por un país donde pudiésemos estar más tiempo, por lo que debía ser menos caro estar allí, especialmente en cuanto al alojamiento, comida, bebida, etc.
Este año elegimos Rumanía, que teníamos buenas referencias por parte de unos amigos que habían estado allí hacía unos meses. Nuestro objetivo era llegar a Bucarest y luego alquilar un coche que nos llevara por Transilvania a recorrer esa maravillosa parte del país. Brasov, Sibiu, Sighisoara o Cluj serían nuestras paradas.
Para recorrer el país nos decidimos por alquilar un coche, ya que te da más libertad, algo que una vez vimos cómo eran los transportes públicos y las carreteras, hubiera hecho que perdiésemos mucho tiempo en ir de un lugar a otro.
Estuvimos cerca de un mes por las tiendas del Conde Drácula. Tiempo más que suficiente para conocer la idiosincrasia del país y disfrutar de sus gentes. Los paisajes nos parecieron impresionantes y a la hora de alojarnos, comer, beber, los precios nos parecieron bastante económicos.
El país nos pareció un revuelto de tradiciones donde países con en teoría tan poco en común como Alemania o Turquía dejaron aquí su forma de ser y de hacer. El país como pasa en España cambia un poco en cuanto a la gente de norte a sur. La influencia turca se deja notar en Bucarest, mientras que la zona de Transilvania o Timisoara se las ve más occidentales.
La diferencia más apreciable se puede ver en cuanto a un oeste más desarrollado frente a un este, al que todavía le queda camino por andar. La presencia de la economía capitalista, por otra parte, se va notando cada vez más, especialmente en las ciudades, pero la Rumanía rural también es grande y hay mucha población que sigue viviendo en unos pueblos, por los que muchas veces no parece haber pasado el tiempo.
Las comunicaciones por carretera todavía necesitan mejoras en el país
Viajar en coche por Rumanía nos parece como hacerlo por la Galicia de los años 70, eso sí, con los lógicos toques de modernidad. El país poco a poco va superando las herencias que el duro pasado comunista dejó, algo que como podemos ver, a unos países les ha costado más que a otros.
En Europa, de los países del este, podríamos decir que de los que están en la Unión Europea, Rumanía y Bulgaria han sido de los más perezosos en modernizarse y es que también eran de los más agrarios, por lo que los avances van poco a poco.
Para el turista, este retraso en modernizarse es estupendo en el sentido de que pueden todavía verse tradiciones muy antiguas que quizás, dentro de algunos años se las lleve el tiempo como ha pasado en otros países.
En mis viajes, suelo llevarme a mi perrita, que en esta ocasión la pude trasladar en un bolso acondicionado para ello. Antes del viaje, busqué por Internet y di con mydogbcn.com donde puede comprar un “London bag”, un bolso que imita la piel de serpiente y tiene un diseño precioso donde además mi perrita está la mar de cómoda Es un bolso de mano con ventilación que puede enrollarse y dentro tiene incluso un cojín lavable a máquina. Todo esto además se completa con unas tiras del bolso que puedo graduar para llevarlo cómodamente al hombro. Es un bolso bien pensado y práctico que sin duda os recomiendo, además tienes incluso bolsillos para llevar las llaves, la cartera o el teléfono.
Os aconsejo este tipo de bolsos, pues te facilitan los viajes enormemente. El tamaño no era demasiado voluminoso de unos 37x23x24. Eso sí, debes tener en cuenta que como máximo pueden entrar perros de hasta 15 kilogramos.
La perrita también se lo pasó muy bien en vacaciones, pero tuve que andar con cuidado, pues en Rumanía hay todavía muchos perros abandonados o salvajes y había que tener precaución con los que se querían acercar.
Si buscas un país barato y con una naturaleza e historia sorprendente, Rumanía es una interesante alternativa.