De viaje por Francia

Acercarse al país vecino y adentrarse en su cultura puede ser una experiencia inolvidable. Campamentos y viajes escolares como los que organiza Vilimi para que los más pequeños y jóvenes se acerquen y aprendan el idioma, constituyen experiencias inolvidables para ellos. Para los más mayores, adultos jóvenes y demás viajeros en ciernes, puede suceder que el desconocimiento del idioma, frene esas ganas de viajar al país de la Marsellesa. Sin embargo, ¿a quien no le gustaría visitar Versalles, contemplar la Torre Eiffel o navegar por el Sena? Tampoco estaría mal visitar Borgoña o Burdeos, reconocidas mundialmente por sus vinos, pasear por Orleans o acercarse a Niza o Normandía.

Francia es un país con personalidad propia, cuna del arte Gótico y alarde de arte y belleza allá por donde vayas. El país donde la gastronomía tiene nombre propio y la exquisitez se asoma en cada plato, acompañado por los vinos y quesos con mayor reconocimiento mundial. Francia es mucho más que su capital, aunque París bien merece una visita, por su belleza y su cultura, pero son otros los muchos lugares que convierten al país de los gabachos en un referente mundial y uno de los destinos turísticos más relevantes.

En este artículo vamos a dejar una breve guía sobre los imprescindibles de Francia, esos lugares que todo viajero que se precie, debería visitar en el país vecino. Cabe señalar que esta lista es flexible y que por mucho que dediquemos unos párrafos a enumerar esos lugares, Francia, como cualquier otro país, siempre será mucho más.

Centro de peregrinaje medieval: Mont Saint-Michel

No vamos a empezar por lo obvio. Si decides visitar Francia, uno de los lugares inevitables que debes tener en tu lista de visitas es Mont Sant Michel, este importante lugar de peregrinaje en tiempos del medievo, es uno de los lugares más increíbles de todo el país. Ubicado en una situación privilegiada, sobre un islote en la desembocadura del rio Couesnon. Para disfrutar de este paraje y contemplar in situ ese archiconocido lugar de la región de Normandía, lo mejor es pasar al menos una noche allí o en un pueblo cercano para poder pasear por sus calles y contemplar como la subida de la marea, convierte ese magistral y coronado monte en un pequeño islote.

La capital vista desde arriba: París y la Torre Eiffel

 

A esta ciudad se la conoce como la ciudad del amor, considerada no solo como la capital francesa sino como icono del romanticismo, París es el destino ideal para pasar unos días en pareja o con los amigos. Pasear a orillas del Sena, adentrarse en las calles que tejen los barrios de Montmartre y Les Marais y, por supuesto, visitar sus emblemáticos monumentos: la Torre Eiffel, el museo del Louvre, Sainte Chapelle o la impactante Catedral de Notre Dame.

Esta ciudad merece una estancia de al menos tres o cuatro días para poder experimentar todo lo que ofrece, aunque a buen seguro, no bastará con una escapada y si visitas esta ciudad, volverás. Aunque se trata de una ciudad grande, es fácil moverse por ella a través de su extensa red de metro y paseando por sus calles.

Viñedos y castillos: Carcasona

Este impresionante conjunto medieval, ubicado en la región de Languedoc-Rosellón, se encuentra rodeado de viñedos, declarado como Patrimonio de la Humanidad, es el lugar perfecto para trasladarse a la Edad Media a través de sus calles adoquinadas. Imprescindible hacer noche para poder observar su imponente muralla bajo el resplandor de la luna. Con tiempo suficiente, puedes hacer una ruta por los castillos cátaros que se encuentran cerca de Carcasona.

Una región al sur de Francia: Midi-Pyrénées

Este es el viaje ideal para hacer desde España en coche. Esta región se encuentra al sur del país, concretamente en Toulouse. Hermosos valles y bosques, aderezados con castillos y pueblos mágicos, recuerdo de la Edad Media, hacen las delicias de cualquier viajero con ganas de conocer otras culturas, alejadas de las grandes urbes. Pueblos como Albi, Cordes-sur-Ciel, Najac, Saint-Cirq-Lapopie, Rocamadur, Conques y Bescatel, forman parte de esta singular ruta que se aleja de lo turístico y en las que puedes probar las especialidades gastronómicas como el foie gras y la cassoulet.

De sur a norte: Alsacia

Pasamos de los pueblos cercanos al pirineo, a la zona noreste del país. Cerca de la frontera que separa Francia de Alemania y Suiza, encontramos una de las regiones francesas con más encanto, sobre todo, al acercarse las fiestas navideñas. Desde finales de noviembre hasta principios de enero, la región de Alsacia viste sus calles de mercadillos navideños, robando el protagonismo a esas maravillosas casas cuyas fachadas están coloreadas como si de un cuento se tratara. Una buena manera de disfrutar de esta región es hacerlo en coche y pasando por los pueblos de Colmar, Eguisheim, Riquewihr, Ribeauvillé y Turckheim, para finalizar en Estrasburgo, capital universal de la navidad.

Un valle lleno de castillos: el Valle del Loira

Esta es una de las rutas más conocidas y demandadas por los turistas y viajeros. Historiadores y amantes del arte, no pueden evitar acercarse al conocido jardín de Francia donde los impresionantes Castillos del Loira, fueron declarados Patrimonio de la Humanidad, décadas atrás. ¿Por qué? Por su impactante belleza, por su ubicación a orillas del rio que cruza el Valle del Loira y sus paisajes copados de viñedos. Más de cincuenta castillos de estilo renacentista completan la escena, entre ellos, cabe destacar el Castillo de Chenonceau, el Castillo de Sully-sur-Loire, el Castillo de Chmabord y el de Chaumont, entre otros tantos. Este espectacular valle requiere de una mayor inversión de tiempo para absorber su belleza, al menos una semana para conocer los imponentes castillos. Si solo tienes tiempo para hacer una visita, desde París, el Valle del Loira se encuentra a una hora en coche, lo que hace posible una miniescapada.

Campos y campos de lavanda: la Provenza francesa

Inevitablemente, al mencionar la Provenza, acude a nuestra mente la imagen de sus campos de lavanda tiñendo de un color lila intenso la estampa. En función de la fecha de floración en que se visite y la zona en concreto, la paleta de colores que ofrece es tan singular, como atrayente. La ruta acostumbrada para conocer la Provenza, empieza en Marsella y pasa por el valle del Luberon y las gargantas del Verdón, turismo rural en toda regla que te llevará a visitar ciudades como Avignon, Aix-en-Provence y Arlés, así como infinidad de pueblos que permanecen anclados en el tiempo.

Sol, arena y mar. El turismo más convencional

Mónaco, Niza, Cannes y Saint Tropez componen la emblemática Costa Azul donde se dan cita las celebrities más conocidas. Situada en la zona sureste y también conocida como la Riviera Francesa, se trata del destino ideal para disfrutar del relax que proporciona contemplar sus playas de aguas turquesa. Aunque no se trata de una zona especialmente económica, puedes alojarte en los pueblos menos turísticos para poder disfrutar del glamour y las playas más espectaculares de la Francia más colorida. Lujo y ostentación que pueden contemplarse en las ciudades que forman parte de la costa sin mayor pretensión que disfrutar de la visita.

Un mundo ideal: Versalles y Disneyland

Visitar París y no pasar por Versalles es poco menos que un insulto a la cultura francesa. Sin ignorar que el parque de atracciones por excelencia, Disneyland, se encuentra a pocas paradas de metro de París y, puede ser una visita obligada si vas con niños o ten encanta el universo Disney. Recorrer el Palacio de Versalles es una experiencia que no te puedes perder, pasar por los aposentos reales en los que vivieron Luis XVI y María Antonieta, las salas que componen la Galería de los Espejos, la Galería de la Historia del Palacio y la Galería de las Batallas, son una inmersión en la propia historia del país vecino. Como colofón, perderse por los jardines entre estatuas de mármol, estanques y fuentes.

Esencial por su belleza y sus caldos: Burdeos

Una ciudad bella, con un increíble centro histórico declarado Patrimonio Mundial, al que conviene ir con el tiempo necesario para pasear por la orilla del rio Garona y sus calles adoquinadas en el casco antiguo. Visitar su Catedral y el Barrio de Saint Pierce son los imprescindibles de esta reconocida ciudad, en la que, inevitablemente, puedes degustar uno de los mejores del mundo, o según los entendidos, el mejor. Cercano a esta singular ciudad, nos encontramos con Lyon, Biarritz, Montpellier o Nantes, ciudades tan interesantes de visitar como todas las citadas.

Aunque Francia es mucho más. Este país se encuentra repleto de ciudades emblemáticas que visitar, de zonas por recorrer. Punta a punta, encierra todos los matices necesarios para lograr que cada visitante y cada visita, concedan un recuerdo único de la experiencia. Rodeada de mar y montaña, no podemos olvidar que, limita con los Pirineos y los Alpes, para colofón de los amantes del esquí o el alpinismo. Mientras que el mar Mediterráneo baña las playas de la Riviera Francesa y el océano Atlántico, su costa este.

Francia es uno de esos países que merece la pena conocer, no visitar.

La experiencia de comprar souvenirs

Los souvenirs tienen un significado especial que va más allá de su función práctica. Son pequeñas cápsulas de memoria que nos conectan con los momentos vividos en un lugar específico, evocando emociones y

Coloca en casa baldosas cerámicas

Las viviendas son lugares en los que quieren estar los propietarios y es por ello que a veces prefieren reformar alguna zona o quieren darle un toque especial a alguna estancia. Las baldosas

Scroll al inicio