Tengo que reconocer que no conocía la ciudad de Santander y tenía mucha curiosidad y muchas ganas de comprobar por mí mismo si la capital santanderina se merecía tantos elogios como mi novia, que es natural de esa tierra, le dedicaba. Y al final llegó el día tan esperado de conocerla. Aprovechamos que teníamos la necesidad de acudir a Trámites Fáciles Santander a firmar unos documentos que le están gestionando a mi novia relacionados con su herencia, y como el equipo profesional de esta asesoría ya tenía todo muy claro y dispuesto, tuvimos suficiente tiempo para conocer y disfrutar de los lugares más emblemáticos de la ciudad, y por supuesto de la mano de la mejor guía turística que podía tener, mi novia, dado que conoce cada uno de los rincones de la urbe cántabra.
De esta forma tan especial comenzamos nuestro recorrido conociendo la tan famosa Playa del Sardinero, situada en pleno centro de la ciudad. Bueno, mi novia me explicó que en realidad existen dos playas del sardinero, separadas por los Jardines del Piquío. La primera playa del Sardinero, con sus 330 metros de longitud, era según la tradición la playa a la acudía la nobleza a tomar los famosos “baños de ola” siguiendo el paso abierto por la reina Victoria Eugenia, esposa del rey Alfonso XIII. Por ello, en sus alrededores se instalaron numerosos palacetes, casas señoriales y los edificios de más rango de la ciudad como el Casino o el Gran Hotel. La segunda playa del Sardinero, con sus 1.000 metros de longitud es la más grande de la ciudad, y a ella acudía el pueblo llano imitando los baños de la nobleza. En sus inmediaciones se encuentran numerosos establecimientos dedicados a la hostelería.
- El palacio de la Magdalena. Es seguramente el edificio más emblemático de la ciudad, situado en lo más alto de la península de la magdalena dominando el espectacular paisaje. Su construcción, entre 1908 y 1912, se debe a un encargo que el Ayuntamiento de Santander realizó para regalar al rey Alfonso XIII y su esposa Victoria Eugenia. La Familia Real se trasladó a este palacio todos los veranos, de forma ininterrumpida, de 1913 hasta 1930, poco antes de que se declarara la Segunda República y los monarcas tuvieran que ir al exilio. Su arquitectura mezcla el estilo montañés con ciertas reminiscencias inglesas. Fue declarado Monumento Histórico Artístico de Carácter Nacional en 1982. Actualmente es propiedad del Ayuntamiento y se utiliza como sede de congresos y centro de cursos y actividades de la Universidad Internacional Menéndez Pelayo.
- Palacio de Riva-Herrera. Bien de Interés Cultural, su construcción de mediados del siglo XVI aprovecha una torre medieval, a la que se le anexa un cuerpo horizontal de dos pisos, dando lugar al primer edificio renacentista de la ciudad. Ordenada su construcción por Fernando de la Riva-Herrera, proveedor de la Real Armada.
- La Catedral. Declarada Bien de Interés Cultural en 1931. Su construcción entre el siglo XII y XIV sobre un antiguo monasterio, es de estilo gótico. En ella destacan su claustro del siglo XIV, la iglesia del Cristo conocida como la Cripta.
- Centro de Interpretación de los antiguos muelles. Estas estructuras de los antiguos muelles pertenecientes a los siglos XV y XVI fueron descubiertas al realizar unas obras en la ciudad.
- Palacete del embarcadero. Una construcción proyectada en el año 1920 como estación de pasajeros. Actualmente es propiedad de la Autoridad Portuaria y se dedica a sala de exposiciones.
- Centro de Interpretación del Litoral. Ubicado en una fortificación de 1660 que se construyó para defender la ciudad de ataques foráneos, manteniendo activa hasta 1713, después de la Guerra de Sucesión entre Borbones y Austrias.
La otra gran baza de Santander, su gastronomía
En Santander no solamente nos sorprende la ciudad, sino también su rica, variada y exquisita gastronomía en la que destacan tanto los productos del mar como los de tierra adentro, y así podemos encontrar y degustar platos tan suculentos como:
- Las sardinas a la santanderina. Adobadas por ajo y perejil y asadas al horno.
- Las rabas. Un aperitivo excepcional, jugoso y con la textura perfecta.
- Las anchoas de Santoña. Pescadas en el mar de Santander, pequeñas y preparadas a mano con esmero.
- El cocido montañés. El plato ideal para quitar el frio en invierno. Como ingredientes sustituye los garbanzos por las alubias blancas, las cuales de berza y su famoso compango de chorizo, morcilla y costilla.
- Quesada pasiega. Un postre típico realizado con leche de vaca, harina, mantequilla, huevos y azúcar.