Granada puede que sea una de las ciudades más visitadas de España, tanto por los extranjeros como por los turistas nacionales que quieren vivir la experiencia de pasear por los numerosos patios de La Alhambra, el Generalife, el Albaicín, etc. Y para mí es una de las ciudades perfectas para viajar en familia o con amigos porque cuenta con actividades para todos los gustos.
Arqueología e Historia
Si eres amante de la historia y la arqueología en Granada estarás encantado/a. Es impresionante la cantidad de reinos que ha habido en España y concretamente en el sur, por eso Granada es una fusión de culturas increíble. La Época Zirí dejó su urbanismo en el Albaicín. La Época bereber trajo consigo las torres Bermejas, el Alcázar Genil, etc. En época Nazarí se levantó, paulatinamente, la Alhambra y ya en la edad moderna edificaron la actual Capilla Real, la Catedral, el Hospital Real, la Chancillería y mucho más.
La noche granadina
Si por la noche quieres fiesta siempre puedes empezar por el típico tapeo por los diferentes bares y tascas del centro y, con la barriga llena, salir a bailar. Granada posee una gran vida nocturna, especialmente en época de estudiantes ya que éstos copan las calles y, por supuesto, los pubs. Las principales zonas de marcha las encontraras en la Plaza Nueva y en los alrededores de la Plaza de Toros.
Aventura
Si ya estás cansado de historia y quieres respirar aire puro pon rumbo a las Alpujarras. Allí podrás visitar el pueblo de Lanjarón, con su famoso balneario, y el Museo del agua y, por supuesto, Trévelez, el pueblo más alto de España. Y si te quedas con ganas de algo con más acción siempre podrás apuntarte a este paintball en Granada de mano de la empresa Ocio Aventura Cerro Gordo.
Magia
Si eres de los que valora el mundo de las leyendas encontrarás toda la magia que necesitas en el Sacromonte, un pintoresco e idílico lugar, a las afueras del núcleo urbano. Es el tradicional arrabal de los gitanos granadinos que hablan caló, retratados por Federico García Lorca en su libro “Romancero Gitano”. Allí la leyenda y la magia reina las cuevas, que son las viviendas habituales del Sacromonte.
Dice la leyenda que tras la Reconquista de Granada por los Reyes Católicos fueron muchos los nobles árabes que emprendieron el camino del exilio hacia tierras africanas. Llevaban en su corazón a la ciudad que algún día esperaban volver. Temerosos éstos de que en el trayecto hacia los puertos de Almuñécar o Almería les robaran sus fortunas los salteadores de caminos, escondieron grandes tesoros entre los olivos que un día poblaron este monte.
Paralelamente a estos hechos, se dio libertad a muchos esclavos de estas familias de nobles árabes, pues les resultaba muy costoso realizar su peregrinaje con un gran séquito. Muchos de estos esclavos conocedores de las idas y venidas de sus señores al Sacromonte organizaban sus estratagemas. Recuperada su libertad y sin oficio ni pertenencias, decidieron subir al monte y recuperar para sí los tesoros de los que antaño fueran sus señores.
Excavaron y excavaron en las laderas de este barranco sin éxito y extenuados por el esfuerzo se cobijaron en estos las cuevas del monte, que posteriormente acondicionaron dando lugar a las viviendas que convirtieron en sus hogares. Posteriormente, y ya mezclados con los moradores de etnia gitana, realizaron más de un sortilegio en busca del lugar exacto donde estuvieran escondidos los tesoros. No se sabe si los encontraron pero supuestamente, de aquella búsqueda nacieron las casas cueva del Sacromonte.